lunes, 5 de septiembre de 2011

Los sedimentos del barranco

Los barrancos siempre han sido los campos de batalla del progreso mal entendido, los valientes humanos cargados con dinero e ideas nos hemos empeñado en poblar sus lindes en cruzar sus riberas en plantar en sus pies rugosos, las ciudades, con honrosas excepciones como Las Ramblas de Barcelona, o el paso del Guiniguada en Las Palmas de Gran Canaria,  trazas de antiguas barranqueras de la ciudad, se han obcecado en el arriesgado plan de obviar sus cursos, y a su vez los barrancos ayudados por las lluvias se han revelado contra el invasor, destrozando carreteras y plantaciones, esta batalla con la construcción de las grandes metropolis a partir de finales del S. XIX ha sido mas exagerada, más palpable, ahora con la radicalización del clima, con el desequilibrio  de las temperaturas, han añadido un factor más a la ecuación, generando mas catastrofes sobre las  enanas construcciones humanas, que aunque necesarias se han vuelto irrespetuosas de la memoria y carácter del agua.
Mi proyecto esta localizado en ambos lados del barranco del barrio de Valleseco en Santa Cruz de Tenerife, incrustado este valle como está en la espectacular cordillera de Anaga, y desde el principio me he planteado la relación de los humanos con el agua, los muchos errores que hemos cometido al enfrentarnos a su huella, como extender mantos impermeables a su vera, que conformaran pasillos que intensifican la fuerza del agua, o impermeabilizar su fondo a base de morteros de cemento y lajas, que aunque es verdad que evitan el crecimiento de plantas que obstruirían el paso cómodo del agua, incrementan su velocidad y su potencia destructiva.
La relación del barrio con el barranco bien por conocimiento popular,por intuición como por falta de dinero ha sido bastante respetuosa e inteligente reduciendo al máximo la chocante relación que antes comentaba entre humanos y agua, son las partes más modernas de la construcción del barrio las que mas han hecho frente a el poder de las grandes pendientes cargadas de agua, como viviendas construidas en sus rieras o carreteras sin rápidos desagües que provocan el empozamiento del agua, esto nos lleva a otras reflexiones también complejas sobre el empeoramiento de las soluciones constructivas de las nuevas formas de construir a pesar de los largos años de estudio que cuesta convertirse en técnico. Pero sin embargo esta relación de respeto entre barrio y barranco a producido una serie de tendencia en el uso de este que me ayudaran en la configuración de mi proyecto, como el uso de este para el transporte de embarcaciones barranco arriba comunicando el mar con las partes mas alejadas de este, o el uso como espacio de transito por una linea que en relación con otras pendientes es mucho más cómoda para caminar, o la firme decisión de tan solo construir en una vertiente del barranco, concentrando así todas las energías en poblar y evacuar una sola cara de la montaña, convirtiendo la otra vertiente del barranco en zona de ocio, contemplación, deporte.
Si miramos una ciudad en su configuración actual a fuerza de chequera comprobaremos que nunca se construye con estas pautas sino que la ordenación es anárquica y bidimensional, los técnicos que deciden que espacios son construibles y que espacios no lo son se basan en leyes abstractas que imponen porcentajes, que así como cuando fueron redactados eran con intenciones benignas a la hora de ponerse en practica se vuelven inflexibles e inexactos sobre todo ante un terreno de grandes pendientes como el que tratamos, sin ir más lejos en el polémico nuevo plan general de Santa Cruz de Tenerife se propone como terreno urbaniza-ble la vertiente del barranco que antes se planteaba como zona de ocio, con la construcción de cuatro edificios aislados que sin solidaridad de otros edificios adyacente no tardara mucho en tener problemas de supervivencia constructiva.